Para Mel Domínguez y Melissa Brown-Domínguez, sostener y ampliar sus vínculos con la comunidad de artistas de ճܳó durante la cuarentena se convirtió en una fuente de vida para ellas y sus proyectos.
La pareja abrió hace dos años, un espacio comunitario en 1802 S. 4th Ave. para celebrar la cultura latinx (término inclusivo para referirse a todas las personas de origen latino) y promover a las y los artistas de minorías de ճܳó. Ambas han realizado trabajo comunitario desde que se mudaron de Los Ángeles a ճܳó en 2007.
Antes de que la cuarentena entrara en rigor, Mel Dominguez, artista y muralista chicanx, estaba colaborando con el equipo de Living Streets Alliance en 6 proyectos en diferentes partes de ճܳó, incluyendo la Cyclovia, que se celebra dos veces al año por ciertas calles de la ciudad que quedan cerradas al paso vehicular.Brown-Domínguez, su esposa y administradora artística, la llamó el 13 de marzo a mitad de una reunión para avisarle que todos los eventos del campus de la Universidad de ֱ, incluyendo la Feria de los Libros, donde Domínguez iba a ser moderadora, se cancelaban.
People are also reading…
“Fue una ola de cambios ocurriendo en 24 horas”, dijo Brown-Domínguez, quien además trabaja como asociada administrativa en mercadotecnia de inscripciones y comunicación de la Universidad de ֱ.
La crisis de COVID-19 las puso, como a la mayoría de los negocios, en dificultad para pagar la renta y sembró incertidumbre sobre el futuro de Galería Mitotera.
Pero también tenían otras preocupaciones: “¿Cómo apoyamos a los artistas?”.
Galería Mitotera se sostiene de las ventas de piezas en exhibición y en menor proporción de Mercaditos del Barrio, un espacio itinerante donde ofrecen a alrededor de 25 artistas indígenas y Latinx un espacio accesible para promocionar y vender su arte.
“Me sentía culpable buscando becas sabiendo que hay artistas que están pasándola peor. Nosotras estábamos estables en casa”, dijo Brown-Domínguez.
La depresión empezó a pegar a mediados de abril, cuando dudaban si podrían pagar el siguiente mes de renta de la galería. Lograron vender un par de piezas a través de la tienda en línea, pero sabían que los fondos no durarían mucho más. No sabían si se verían forzadas a cerrar.
“No puedo seguir llorando y llorando ¡¿Para qué!? No va a resolver nada”, recordó Brown-Domínguez haber dicho, ahora riendo. Fue entonces cuando le propuso a su pareja que crearan una serie de conversaciones en línea con artistas que son parte del Mercadito del Barrio y con miembros de la comunidad para transmitirlas por , y .
Sería también una forma de ayudar a promocionar y dar más visibilidad a la gran comunidad artística de la que forman parte.
“‘Mel, te encanta hablar con todos’”, le dijo Brown-Domínguez. “‘Ve, sácales la sopa’”.
Quien conoce a Mel, sabe que Melissa tiene razón. La artista se comunica con entusiasmo, puede mantener una sonrisa radiante por más de 40 minutos seguidos y habla hasta por los codos — algo que, según ella, se dispara cuando está nerviosa y le da el apodo que ahora lleva la galería.
Fue así como Art Chats con La Mitotera creció hasta alcanzar más de 37 charlas con artistas y activistas indígenas y latinx de ճܳó: ilustradoras, joyeras, muralistas, tatuadores, periodistas, trabajadoras de la salud, artistas culinarias y reposteras, educadoras, hip-hoperos, bibliotecarias y músicos.
“Vamos a darles visibilidad a estos artistas, pero también vamos a darnos exposición y crear contenido para manteneros relevantes y presentes la mente de la gente”, pensó Brown-Domínguez. “No podemos quedarnos inmóviles, porque así nos vamos a morir”.
"Las Mitoteras" empezaron a organizar las charlas sin financiamiento, con nada más que su tiempo y una inversión de $40 para la iluminación de video. “A algunos tuve que ayudarlos, porque no saben contar su propia historia. Les da pena”, dijo Mel Domínguez.
En más de una ocasión, la pareja aprendió cosas nuevas sobre artistas con quienes habían convivido por años. Abrieron un espacio para hablar sobre las dificultades y transformaciones que tuvieron que pasar para llegar a compartir su arte. Esto las inspiró mucho más a querer apoyarlos y promoverlos.
APOYO A LA COMUNIDAD ARTÍSTICA
Aunque muchas de las charlas eran con la comunidad extendida de artistas, el impacto de Art Chats llegó mucho más allá. Mel Domínguez dijo que usaron las redes sociales a su favor para fortalecer y expandir una red que visibiliza a la comunidad latinx.
En menos de dos meses, la página de Instagram galeriamitotera pasó de 900 seguidores a 2,000. Recibían comunicación y suscripciones de distintos estados del sureste y a finales de mayo , una compañía de teatro basada en Austin, Texas, les comunicó que les otorgaría un premio de $800 por el trabajo que estaban haciendo.
Virginia Grise, cofundadora de la compañía, escritora y dramaturga chicana, dice que ella nació como artista gracias a espacios comunitarios como éste. La Galería Mitotera le recuerda a Librería Resistencia, un espacio de encuentro en Austin que ofrece obras, lecturas y proyecciones para el barrio, y que fue clave en su formación.
“En la pandemia, queremos encontrar maneras de apoyar a los artistas que nos importan”, dijo Grise.
Conoció a “las Mitoteras” y su galería un año atrás, cuando llegó a ճܳó a producir la obra “Sus perros vinieron con ellos” junto con Teatro Borderlands, donde Mel Domínguez actuó. Las Mitoteras se volvieron indispensables para la producción: promocionaron la obra en escuelas, hospedaron artistas, abrieron la galería para charlas y Brown-Domínguez consiguió una beca de $2,000 para llevar la obra a las calles.
“Trabajó incansablemente para asegurarse de que la comunidad fuera a la obra. La hizo accesible”, dijo Grise. “Es fundamental que, como comunidad, apoyemos los espacios que nos apoyan. Simplemente amo lo que están creando en ese espacio”.
El premio se sumó a otras buenas noticias que aseguraron cuatro meses más de renta para la galería.
A finales de abril, las charlas ya habían agarrado vuelo. Brown-Domínguez se animó a solicitar otras dos becas de apoyo para el proyecto y ganaron $1,000 de la Fundación para las Artes de ճܳó y el Sur de ֱ (AFTSA) y una micro beca de $400 del Centro de Confluencia para la Exploración Creativa de la UA. Más recientemente, recibieron el apoyo de $2,500 del de la Ciudad de ճܳó, del que el Centro Empresarial para Mujeres (WBC) de la YWCA administró los recursos para pequeños empresarios.
El mensaje era el mismo.
“(Galería Mitotera) juega un papel crítico en apoyar a los artistas de color de nuestra comunidad y ofrecer espacio para todos en el sur de ճܳó”, escribió el director del centro de Confluencia, Javier Durán. “Las ‘Art Chats’ ilustran la riqueza del talento artístico y emprendedor en nuestra comunidad local, incluso en medio de la pandemia”.
Las Mitoteras usaron este impulso para continuar otros proyectos: migraron las Noches de Pintura que organizaban antes en la galería a una plataforma virtual, enviando a domicilio lienzos, pinturas y pinceles. También empezaron a apoyar a dos amigos que forman parte de la Extensión Comunitaria del Sur de ճܳó en el acopio de alimentos y canastas básicas para ofrecer apoyo durante la pandemia a los vecinos del sur de ճܳó.
Las artistas tienen sentimientos encontrados sobre cuándo y cómo reabrir la galería al público.
Mel Domínguez tiene el sueño de ofrecer una residencia para artistas de la comunidad, donde puedan usar por un mes el espacio para hacer su trabajo bajo promesa de ofrecer tres talleres: uno con jóvenes, uno en la ciudad — quizá un mural — y el tercero con los adultos mayores. Brown-Domínguez no está segura de que ese plan sea viable aún.
“Nuestra comunidad está siendo impactada fuertemente (por la pandemia), no quiero perpetuar eso”, dijo. “No estoy convencida de que sea seguro”.
La pareja sigue visitando la galería con frecuencia para crear arte o trabajar, pero necesitan estar conectadas con otras personas. “La vitalidad que la comunidad despierta; simplemente el estar juntos, las cosas casuales. Realmente lo extrañamos y la galería no es nada sin ello”, dijo Mel Domínguez. “Para mí, tener paciencia es lo más difícil”.
Por ahora, Mel y Melissa siguen procesando videos y entrevistas, compartiéndolos por las redes sociales, buscando amplificar las voces de la comunidad y ser recíprocas con el apoyo que ellas han recibido.
“Todos nos hemos inspirado unos a otros para seguir adelante”, dijo Brown-Domínguez. “No es solo por los Art Chats. Nos hacemos saber que no estamos solos”.
Clara Migoya es estudiante de postgrado de Periodismo en la Universidad de ֱ. Realizó una pasantía en La Estrella de ճܳó